María es Project Manager de un equipo enfocado en el desarrollo de CRM, sistemas integrales de gestión de recursos dentro de una empresa. Durante su trayectoria en la empresa, que comenzó como desarrolladora, ha estado implicada en diferentes proyectos que le han aportado el bagaje necesario para ir creciendo profesionalmente y obtener la visión global necesaria para ocupar la posición de responsabilidad actual.
¿En qué consiste tu trabajo?
Principalmente en hacer de puente entre el cliente y el equipo de desarrollo. Cuando un cliente tiene una necesidad nos reunimos, analizamos la información y planteamos el desarrollo que luego se llevará a cabo.
Reviso el trabajo diario que se va realizando e intento estar de apoyo cuando es necesario. Cuando tengo tiempo también intento programar, que es lo que más me gusta, en realidad.
Aunque tenéis capacidad para asumir toda clase de desarrollos, estáis enfocados en los de CRM, un concepto muy ligado a la digitalización. ¿Estás viviendo un boom en la demanda de estas herramientas?
Sí, un CRM (o cualquier otro sistema de gestión) facilita en gran medida el trabajo en cualquier empresa, más aún si es un sistema desarrollado a medida como los nuestros.
Por una parte, un gran porcentaje de las rutinas diarias que realizamos día a día en la oficina son repetitivas y tediosas; y a esto sumamos que habitualmente usamos una herramienta o aplicación distinta para cada tarea.
Un sistema que automatice estas tareas y centralice el mayor número de herramientas usadas en el día a día ahorra una gran cantidad de tiempo a los trabajadores, tiempo que pueden emplear en otras funciones más relevantes o que requieran realmente el factor humano. Las empresas están comenzando a darse cuenta de esto y a asumir la importancia y eficacia del software.
¿Cómo es ser ‘traductor’ entre los especialistas en desarrollo de software y el cliente?
En mi opinión, el inicio es quizá la parte más difícil. Con cada nueva aplicación hay una fase en la que debemos conocer el modelo de negocio al que va dirigida y la forma de trabajarlo que tiene el cliente, pues cada uno lo hace de una forma muy personal y busca una herramienta que se adapte lo máximo posible. Esta fase inicial es la más larga y la que más esfuerzo requiere por ambas partes.
Cuando ya llevamos un tiempo trabajando juntos y nos conocemos suele ser todo bastante más sencillo.
¿Cuál ha sido el principal reto al que te has enfrentado en estos años? ¿Y tu principal hito?
Creo que el principal reto al que me enfrento continuamente es el de coordinar el trabajo del equipo en general. Creo que haber empezado como programadora me ayuda, pero es necesario recordarlo a diario para ponerse en la piel de los demás. No siempre es fácil cumplir ciertos hitos u objetivos sin que esto afecte al ambiente laboral, pero el bienestar del equipo es la base para que todo funcione.
Como hito, aunque probablemente no fuera el más duro o complejo, el primero que se me viene a la cabeza fue como programadora, desarrollando una aplicación web de venta de entradas. Fue un verano de trabajo bastante intenso, pero formaba parte de un equipo con el que me lo pasaba muy bien y guardo un buen recuerdo.
La presencia femenina es aún baja en el sector IT. Como mujer en una posición de responsabilidad, ¿qué experiencia has vivido en ese sentido?
Está claro que el sector está muy masculinizado y a las mujeres se nos exige demostrar constantemente nuestra valía. Es algo muy común en este y otros sectores, aunque no es algo que yo haya experimentado en mi trayectoria laboral ya que en Netkia la presencia femenina es bastante alta y llega a todos los puestos. Así que, por suerte, no he tenido las dificultades que sí han tenido otras compañeras del sector.
Cuando estudiaba, el número de chicas con respecto al de chicos era muy reducido y está claro que el problema no es que nos falten capacidades. En mi opinión, lo que se suele achacar a una «falta de interés» en la tecnología es, en realidad, una cuestión más relacionada con la educación que recibimos.